Argentina ha transitado un camino complejo en la construcción de un sistema de defensa democrático. Tras un pasado marcado por intervenciones militares en la política interna, el país ha trabajado arduamente en la profesionalización de sus Fuerzas Armadas y en la delimitación clara de sus funciones. La no intervención en la seguridad interior fue un hito fundamental en este proceso, pero la dinámica institucional es fluida y presenta nuevos desafíos. En este contexto, resulta interesante analizar cómo las Fuerzas Armadas argentinas han buscado redefinir su rol en la sociedad, conciliando la necesidad de mantener una capacidad de defensa con el respeto a los derechos humanos y la participación ciudadana.
Desde hace algunas décadas, Argentina
implementó distintas políticas a nivel nacional en materia de defensa, algunas
erradas y otras que actualmente siguen avanzando en un control civil de sus
Fuerzas Armadas, es decir Ejército Argentino, Armada Argentina y Fuerza Aérea
Argentina.
Una de estas políticas importantes fue, la no
intervención militar en la seguridad interna del país, cayendo la
responsabilidad en este tema a sus Fuerzas de Seguridad de la nación, como
Gendarmería, Policía Federal, Prefectura Naval y Policía Aeroportuaria.
En este nuevo proceso, sin embargo, las
Fuerzas Armadas, fueron buscando nuevos espacios de autonomía propia, en donde
la participación social dentro de ellas tuviera un espacio importante. En este
aspecto, se reinstaló una agenda de
derechos humanos e implementó la institucionalización del nuevo rol de los
militares en la sociedad.
Para entender mejor, este control civil
podríamos definirlo como un proceso continuo de nuevas políticas de defensa,
con una clara cadena de mando bien definida y que pueda garantizar el principio
y final de alguna futura intervención bélica que responda únicamente a una
decisión estrictamente civil.
En este contexto, solamente el gobierno civil
de turno decidirá sobre cómo implementar su instrumento militar en forma,
tamaño, organización, tipo de armamento y de cada procedimiento del aparato
militar de sus fuerzas armadas, teniendo en cuenta los valores democráticos de
estas.
Tener unas Fuerzas Armadas que actúen en forma
disuasiva y defensivas a fin de proteger, garantizar la independencia de forma
permanente, la integridad de todo el territorio nacional, la vida y libertad de
cada habitantes y el conjunto de todos
los recursos de la Nación frente a las amenazas de origen externo, es
uno de los principales objetivos a futuro de la Defesa Nacional.
Entre los ejes principales de la política
presupuestaria actuales, para el Ministerio de Defensa se encuentran el
alistamiento, restructuración, modernización de sus FFAA y otros objetivos
fundamentales en su plan de acción.
Uno de estos objetivos es sostener la
participación de sus tropas en las operaciones multilaterales y ayuda
humanitaria comprometidas con Naciones Unidas.
En el marco de su doctrina militar, el diseño
estructural de sus capacidades militares actuales, está basado en la
planificación estratégica según en los posibles escenarios donde pueden operar,
sea tierra, aire, mar o ciberespacio.
En cuanto a su organización actualmente, las
Fuerzas Armadas Argentinas poseen un
Estado Mayor Conjunto cuyo Comandante General es el Presidente de la Nación.
Este Comando Conjunto tiene como misión principal asistir y asesorar al
Ministro De Defensa en materia de estrategia militar y realizar el planeamiento
estratégico militar, a fin de contribuir en forma coordinada con las otras
fuerzas de la nación al sistema de defensa nacional, contribuyendo a la Defensa
Nacional pudiendo actuar en forma
disuasiva o empleando los medios en forma efectiva, a fin de proteger y garantizar
de modo permanente la soberanía e independencia, la integridad territorial, la
capacidad de autodeterminación, la vida y libertad de los habitantes y los
recursos de la Nación frente a los riesgos y eventuales amenazas de origen
externo, son las misiones principales asignadas a las Fuerzas Armadas como
instrumento militar del país,
Aunque también, en los tiempos que corren, hay
una misión secundaria que podríamos describirla con la participación en
Operaciones de Mantenimiento de Paz y/o coaliciones multinacionales bajo
mandato de Organismos Internacionales. Actualmente se encuentran participando
en el desarrollo de medidas de cooperación y confianza mutua, en el marco
regional e internacional, para la prevención de situaciones de conflicto. Y por
último también está la participación en Misiones de Seguridad Interior en los
términos prescriptos por la Ley de Seguridad Interior.
El nuevo decreto 1112/24 recientemente sancionado en Argentina marca
un punto de inflexión en la definición del rol de las Fuerzas Armadas en el
país. Al ampliar significativamente su ámbito de actuación, el gobierno busca
fortalecer la seguridad nacional y responder a los desafíos actuales, pero a mi
entender, hay algunos puntos no muy claros jurídicamente.
Si bien, se extiende más allá de los ataques
de Estados extranjeros para incluir a organizaciones paraestatales, terroristas
y transnacionales que permitan una respuesta más flexible para el estado
argentino ante amenazas de diversa índole, como el narcotráfico, el cibercrimen
y el terrorismo, no está claro y bien definido todavía el concepto de
“amenazas” ya que podría generar algunos conflictos de competencias entre las instituciones
federales por ejemplo no es el mismo significado que la palabra “amenaza” tiene
para una fuerza militar ya que ésta se neutraliza “aniquilando al enemigo” y
para una fuerzas de seguridad, la misma
se controla y se pone a disposición de las autoridades a los que infringieron
alguna ley son quienes determinaran si son o no penalmente responsables de
algún delito. Solo para recordarlo, el país, ya tuvo malas experiencias en este
sentido.
Si bien, las Fuerzas Armadas tendrán un rol
más activo en la vigilancia y control de fronteras, incluyendo zonas remotas y
sin pasos fronterizos habilitados y que puedan contribuir a mejorar la
seguridad en estas áreas y a combatir el crimen organizado. Otros de los puntos importantes en este
decreto es la definición de un nuevo concepto de "objetivos de valor
estratégico" y se otorga a las Fuerzas Armadas la responsabilidad de
protegerlos. Esto implica una mayor participación militar en la protección de
infraestructura crítica, como instalaciones energéticas, comunicaciones y
transporte, habrá que implementar un programa de instrucción y capacitación
rápidamente para el personal que tendrá que enfrentar estos desafíos.
El decreto otorga al presidente mayor
flexibilidad en la intervención con mayor discrecionalidad para decidir cuándo y cómo
emplear a las Fuerzas Armadas, lo que puede acelerar la respuesta ante situaciones
de crisis.
Implicaciones y debates:
La ampliación del rol de las Fuerzas Armadas
puede generar debates sobre una posible militarización de la seguridad
interior, especialmente en el contexto de una creciente inseguridad ciudadana. Es fundamental garantizar que la ampliación
del rol militar no se realice a costa de los derechos humanos y las libertades
civiles. En este sentido, es necesario
establecer mecanismos claros de coordinación entre las Fuerzas Armadas y las
fuerzas de seguridad para evitar duplicidades y garantizar una respuesta
efectiva.
Por eso es importante que el uso de las
Fuerzas Armadas esté sujeto a un estricto control democrático y que se informe
de manera transparente a la sociedad sobre sus actividades.
Ahora, me quedan algunas preguntas todavía sin
resolver como por ejemplo:
- ¿Cómo se garantizará la coordinación entre las Fuerzas Armadas y las fuerzas de seguridad?
- ¿Cómo se actuara con respecto al principio de subordinación de las Fuerzas Armadas a la autoridad política, cuando el Estado Mayor Conjunto, tendrá facultades comandar y coordinar operaciones conjuntas con fuerzas policiales, en caso de guerra o conmoción interior?
- ¿Qué mecanismos de control se establecerán para evitar el abuso de poder por parte de las Fuerzas Armadas?
- ¿Cómo se asegurará que la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interior no afecte negativamente los derechos humanos?
- ¿Cuál será el impacto de este decreto en la relación entre las Fuerzas Armadas y la sociedad civil?
Para resumirlo un poco más, este nuevo decreto representa un cambio
significativo en la política de defensa argentina, otorgando a las Fuerzas
Armadas un rol más proactivo y amplio. Si bien esta medida busca fortalecer la
seguridad nacional, es fundamental garantizar que se realice en el marco del
Estado de derecho y respetando los derechos humanos pero a su vez abre un nuevo
capítulo en la historia de las Fuerzas Armadas argentinas y sus relaciones con
el Estado y la sociedad. Será
fundamental seguir de cerca su implementación y evaluar sus consecuencias a
largo plazo.
El debate está abierto en la sociedad, si bien
es verdad que necesitamos adaptar nuestra Defensa y nuestras Fuerzas Armadas a
los tiempos que corren, no hay que olvidarse que las acciones y decisiones futuras
siempre deberán estar orientadas por los
principios fijados democráticamente y teniendo presente nuestra historia, que
nos garantice el marco institucional y que respete los derechos
institucionales para construir un sistema de defensa y de seguridad adecuado
para el país.